Shortly

Se ríe. Viene sonriendo desde la habitación. Está contenta. Lleva puesta mi camisa blanca y el pelo suelto. No se lo ha recogido esta vez. Yo estoy sentado en la silla de mi escritorio, trabajando. Sin embargo, la oigo y dejo lo que tengo entre manos para recibirla. Entra y se sienta en mi regazo, sin dejar de sonreír mientras me mira. Deja caer uno de sus brazos sobre mis hombros, y me mira, con sus ojos verdes, incandescentes, sin desdibujar esa sonrisa en ningún momento. Entonces, yo sonrío también, de manera involuntaria, y damos vueltas en la silla mientras la abrazo, mientras nos miramos.

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