Noviembre
Reconozco
que no sé dónde se encuentra tu límite
entre la risa y el desasosiego.
No sé si piensas en mí
incluso cuando no lo haces.
Pero hoy me apetece escribir poesía
hasta que tus párpados decidan cerrarse.
He vuelto a leer a Elvira
y he (re)descubierto que no hay mejor regalo que yo pueda hacerte
que escribirte un poema.
Aunque no haga justicia a mis sentimientos.
Te he mirado de reojo varias veces
y mis arterias se han ensanchado
como si no hubiera sentido nada antes.
Y aunque a veces no sepa acabar
me conformo con que el día acabe
enredado en tus piernas al calor de nuestro invierno improvisado.
Comentarios
Publicar un comentario