Tengo un plan
No es una sonrisa, es su sonrisa. No es un beso, son sus besos. Es increíble cuando te paras un momento a analizar tu vida y ves cuánto a cambiado. De estar en un pozo a rozar las nubes. Darte cuenta de que es la primera vez en tu vida que echas un polvo en verano, que regalas una rosa o que haces el amor tantas veces y siempre es diferente. También te das cuenta de que escribes menos y vives más. Quizás sea porque escribir es una forma de escapar de la realidad y ahora es algo que no quieres hacer. Todo lo contrario, la realidad te gusta porque toda ella la encarna una persona. A la que por cierto conociste hace unos 9 meses por casualidades del destino y ahora resulta que es tu novia, y tu prometida. Que no se te olvide. Es la primera vez que pierdes el miedo a tu propio cuerpo, a como te vea cuando estás vestida de mujer, a lo que te gusta y a lo que no. La tienes mal acostumbrada a decirle que es perfecta a pesar de que sabes que no lo es. El problema es que lo es para ti, y no ne...