Ciclo vital
Tenía 16. Creía que el amor era eterno, y también que la felicidad propia depende de los demás. Y entonces me robaron mi intimidad. Escuché cómo se abría una grieta. A los 17 descubrí uno de los grandes pecados (sociales): la mentira. Y no fue para bien. El amor era solo una creencia a la que aferrarse. Sentí las paredes desconcharse. Con 18 pensaba que sabía lo que era la felicidad. Aprendí que hay personas que no te querrán tal y como eres. Cada vez había más grietas. Tenía 19. Comprendí que al final del día sólo estamos con nosotros mismos. Que la felicidad equivale al amor propio. To se cayó a pedazos. Tengo 20. Sigo esperando aprender como arreglar mi un corazón roto.