Equinoccio de otoño
Ella lo miraba todo cada vez con más nostalgia. Sabía que, tarde o temprano (y quizás más pronto que tarde) tendría que dejar todo aquello. Renunciar, quizás para siempre, a todo lo que siempre había conocido, por culpa de lo que se quiere. Por ello, dejar atrás todo eso significaría dar un paso en el amor. Más cerca de la otra. Cada vez más. La otra también hacía lo propio. Pensaba en que tendría que abandonar un lugar, sus raíces, para plantarse en otro. Quizás dolería el trasplante, eso lo sabía, pero también sabía que debía dar el paso, ese paso en el amor. Como Ella. Por ello, el amor es una conjunción de dos sentimientos distintos pero iguales, cuya única finalidad es la de unir dos corazones en un espacio tan reducido en el que solo caben dos: Ella y La otra. Sí, el amor está hecho para ellas.